lunes, 3 de noviembre de 2014

Nostalgia Ultra



Durante octubre y noviembre se respira el terror mitificado, por un lado vemos máscaras que escurren sangre petrificada; diademas de cuchillo; calderos de plástico barato para recibir dulces y MUCHOS adornos horribles que en lo personal me hacen sentir incomoda, pero por el otro extremo o a tan solo dos pasillos en el mismo mercado abundan las calaveras de azúcar, las veladoras, las flores de cempasúchil y las catrinas. Se trata del choque de dos tradiciones mortuorias, y sin conocer mucho la tradición de halloween, me atrevo a decir que ven al mismo sujeto con ojos diferentes.
La conmemoración de la muerte en México adopta muchas formas, una de ellas es la ofrenda, para quienes sepan que significa se trata de un recordatorio de alguna persona que ha fallecido, añadiendo objetos cotidianos que se relacionan con aquel ser querido que tanto extrañamos. Nostalgia pura. Al no tener seguridad propia el ser humano se afianza de lo único que conoce que son los vestigios de los antepasados.

Este año me dieron ganas de ofrendar muchas cosas que sé que no volverán en la misma forma que me encontraron en el pasado. No se trata únicamente de personas, sino de sus creaciones y el contexto en el que se situaban, aquellas generaciones extintas que solo podemos recordar e incluso de conceptos no tengibles. Lo único contante es el cambio y puedo decir que no me asusta,  es verdad que la vida es una diarrea de información y no podemos procesarlo todo, pero quise tomarme un momento para conmemorar un pasado imposible de repetir, un pasado que probablemente no me tocó vivir pero que ahora manosea mi presente y que por lo tanto no quiero ignorar.


Sangre ficticia 



Dedicado a la juventud de mis padres, a la seguridad en mi país y a la violencia ficticia, Ahora la sangre no es falsa, El Santo no es el único que pelea y las películas solo son un retrato más de lo que vivimos diariamente. La ofrenda también esta dedicada a Maya Angelou, poeta y activista civil que murió en mayo de este año. 









La buena onda 



Keith Haring y el hip hop de los 90s, aquellas heroínas del dancefloor con múltiples talentos y un closet de ensueño, los shows old school y las canciones que sacan cara de baile <3. Papelitos que encontré en mi estuche de relaciones no culminadas. Flores de temporada casi tan coloridas como las bomber jackets de las chicas de TLC.






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